Blade Runner, film 1982

» Blade Runner »

Ridley Scott

USA 1982

 

Como comentaba ayer a propósito de «Desafío Total» (1990) resulta muy difícil reseñar tus películas favoritas. He visto «Blade Runner» un montón de veces. La vi cuando se estrenó. Y la recuerdo casi plano por plano.

Hay películas importantes que recuerdo perfectamente cuando las vi por primera vez. Recuerdo, por ejemplo, que cuando salía de la sala de cine de ver «Hero» (2002) Zhang Yimou, volví a entrar para verla otra vez. Recuerdo que «Gladiador» (2000) Ridley Scott la vi en salas de cine unas quince veces (entonces las películas duraban varios meses en salas), o recuerdo perfectamente el estreno de «La guerra de las galaxias» (1977) George Lucas, que fue un estreno que ya desde el primer momento te iluminaba la cara con una sonrisa de sorprendida satisfacción permanente: la nave que pasa por encima de tu cabeza. En fin.

Luego hay películas importantes para mí como «Matrix» (1999) o «Blade Runner» (1982) que sé que estuve en su estreno en salas, pero no puedo rememorar la impresión inicial que me causaron. Yo creo que de entrada con las dos me quedó un sentimiento de películas tristes, que me gustaron enseguida, pero fueron calando en profundidad de forma lenta. Fue un fenómeno general, Blade Runner pasó casi desapercibida cuando se estrenó mundialmente, fue poco a poco cogiendo vuelo y fans. Y sigue.

Hay un documental muy interesante sobre esta cinta que ya resumí «Dangerous Days: Cómo se hizo Blade Runner» (2007) que creo explica todo lo que hay que explicar. Aunque si hay una película que de para un libro es ésta.

Estoy convencida de que fue una suerte de casualidades afortunadas, porque fueron muchas cosas: los actores, el diseño de producción increible e inmejorable y copiado hasta la extenuación, la fotografía, la música extraordinaria de Vangelis, etc.

A mí me gustó la primera versión con voz en off. Como si Deckard fuera un detective -es un detective-. Absoluta y totalmente. Le queda bien y le queda mejor. Esa repudiada por su director, que no paró hasta montar su «director’s cut» totalmente innecesario.

Serían tantas las fotos para adjuntar, tantos momentos recordables que no puedo poner uno solo. Supongo que hay tanto por decir, que ya no se me ocurre decir nada más.

Desafío Total, film 1990

«Desafío Total»

( Total Recall )

Paul Verhoeven

USA 1990

basa en un relato corto de Philip K. Dick (*)

No sé por qué no la había comentado. La he visto varias veces y es una de mis favoritas. Quizá porque las preferidas son más complicadas de reseñar. Es difícil compartir tus preferencias personales que casi siempre son subjetivas.

Creo que es una adaptación muy atractiva y eficaz. Luminosa, colorista, imaginativa. Con una producción aceptable para su momento. Música Jerry Goldsmith inolvidable. Una buena elección de actores, con Arnold Schwarzenegger como protagonista, y la siempre sorprendente aparición de una primeriza Sharon Stone.

Es evidente que ha pasado el tiempo y ese colorismo brillante era muy de los 80/90 y ahora todo se hace más oscuro y más gris, pero tiene muchos detalles de diseño, maquillaje, producción que han quedado y se siguen copiando porque estaban muy bien.

Desde luego, la versión de 2012, que he vuelto ha ver para comparar, no le hace ninguna sombra. Los tres actores principales están fatal Colin Farrell, Kate Beckinsale y Jessica Biel. Demasiadas persecuciones. Falta Marte. Solo me quedo con parte del diseño de producción: ciudades, catarata…

(*) Adaptación del relato corto “Recuerdos al por mayor” o” “Podemos recordarlo por usted al por mayor” (We Can Remember It for You Wholesale, 1966) de Philip K. Dick

Recuerdos al por mayor (1965) Desafío total, P.K. Dick

«Recuerdos al por mayor» o»
«Podemos recordarlo por usted al por mayor»

(We Can Remember It for You Wholesale, 1966)

Philip K. Dick

(R105_CC2)

 

Relato más conocido por su adaptaciones al cine como «Desafío Total» (Total Recall 1990 y 2012). Como siempre la narración original tiene aspectos muy diferentes.

Hay que tener en cuenta que se trata de un relato de solo 21 pp. por lo que las peripecias no pueden ser demasiadas. Lo explicaré al completo precisamente para señalar las diferencias con las adaptaciones. Es cierto que la historia de Philip K. Dick es más ligera y tiene un desenlace fantasioso que puede resultar entre infantil y divertido. Como siempre hay un ligero sentido de humor que identifica al autor.

Douglas Quail un hombre corriente que trabaja de oficinista y está casado con una mujer que no lo soporta (y lo abandona). Sueña con Marte de forma recurrente, pero no tiene dinero para un viaje de ese tipo. El anuncio de una empresa que implanta recuerdos le seduce y acude a pedir el viaje deseado. Además le gustaría hacerlo como espía. Antes del implante y al inyectarle una sustancia previa, revive recuerdos de una realidad personal alternativa en Marte. Tiene recuerdos inhibidos. Como además lleva un localizador, la empresa que lo contrató en Marte se presenta para intentar liquidarlo, pero Quail consigue escapar.

Hasta aquí se parece bastante a las películas, pero el relato es menos dramático y agresivo, aunque Quail YA ha matado al terrorista en Marte y está en una etapa posterior. Después de algunas idas y venidas, logra que sus perseguidores se avengan a un trato: que le implanten un recuerdo lo suficientemente atractivo como para que nunca en el futuro desee volverse a implantar nada en el cerebro. Se deciden entre todos por una historia en la que Quail era un niño y se encontró con los extraterrestres que venían a conquistar la Tierra. Él logró un acuerdo moratorio por el que los aliens respetarían nuestro planeta mientras Quail viviese. Sería un recuerdo con el que cualquier persona se sentiría justificada de por vida, aunque viviera de forma individual insignificante. Pero, cuando van a implantar el recuerdo resulta que Quail aflora de nuevo recuerdos olvidados antiguos, infantiles, resultando que el suceso de los aliens era verdadero.

High Life, film 2018

«High Life»

Claire Denis

Francia 2018

 

Se les ocurre enviar a convictos al espacio para experimentar. No en plan Hollywood de tipos superduros, sino de casi adolescentes desorientados. La nave parece al mando una doctora enigmática, sensual y con antecedentes criminales cuya misión es lograr la viabilidad de los embarazos espaciales. Sin embargo y sin que se sepa el por qué todo es vía fecundación artificial, aunque chicos y chicas puedan desear otra cosa. El objetivo final es orillar un agujero negro, con lo que tanto da lo que hayan logrado durante el trayecto.

La directora dice que no era su propósito situar su película en la ciencia ficción y que debe entenderse como si se tratara de una prisión aquí en la Tierra. Si bien, la ha situado en la ciencia ficción y por algo será. Sucede que estos temas tipo Michelangelo Antonioni tenían cierta salida comercial en los años 60, pero ahora son casi imposibles en escenarios realistas, es por ello que algunos directores las colocan dentro de géneros narrativos periféricos en los que estas temáticas de incomunicación extrema y de oceános existencialistas pueden tienen un cierto espacio.

La película es bastante aburrida, pero tiene algunas cualidades si se logra superar la primera media hora. Tiene cierta elegancia. La interpretación, tanto de Robert Pattinson, como Juliette Binoche, le da consistencia. Tiene algunas imágenes originales. El tema de los fluídos corporales es visto de manera singular.

No estoy para nada en contra de los experimentos cinematográficos, pero no se puede evitar tener la sensación de que hay mucha pretenciosidad y poco resultado en ello.

Las 100 mejores novelas de c.f. del siglo XX (ed. La Factoría de Ideas)

«Las 100 mejores novelas de ciencia ficción del siglo XX»

varios autores

Ed. La Factoría de Ideas 2001, 392 pp.

 

Este es un tipo de libro que me encanta: toda clase de información, listas y situación del mercado de la ciencia ficción. Lástima que se queden obsoletos en cinco años y éste ya tiene casi veinte.

A pesar de todo sigue teniendo gran cantidad de datos de mucha utilidad para los aficionados. Solo me cabe lamentar que iniciativas de este tipo no se vayan renovando con el paso el tiempo.

No voy aquí a transcribir la lista de las mejores novelas, porque es muy parecida a otras similares. Aunque en esta edición hacen algo necesario y de utlidad, que es comparar diferentes listas de mejores obras y ver cuáles historias son las más premiadas y aceptadas. Me sorprende ver que la obra mejor considerada (en 2001) es «La mano izquierda de la oscuridad» de Ursula K. Le Guin, con lo que no puedo estar en más desacuerdo ¿la mejor? . Desde luego, es un hecho que cada uno tenemos nuestros gustos y nuestras formas de defenderlos.

Divergente: la trilogía en films 2014-2015-2016

  1. «Divergente» (Divergent) dir. Neil Burger, USA 2014
  2. «Insurgente» (Insurgent) dir. Robert Schwentke, USA 2015
  3. «Leal» (Allegiant) dir. Robert Schwentke, USA 2016

La primera película de esta trilogía cinematográfica, basada a su vez en la trílogía de novelas de Veronica Roth, ya la comenté en sept. de 2014 y mi opinión es la misma. Sin embargo, ahora las he visto todas y puedo tener una opinión más completa.

Vuelvo a repetir una y mil veces el inconveniente de ver estos productos en intervalos de años. Es una idea profundamente nefasta. Se rompe por completo el estado de ánimo necesario para seguir con la trama. La única forma que tenido para ver la segunda y la tercera entrega ha sido volviendo a ver la primera. Quizá es eso lo que prentenden, que cada vez volvamos a ver las partes anteriores.

Si bien, a mí la primera no me gustó demasiado y sigo encontrándole muchos defectos, de hecho los mismos que hallé la primera vez. También es cierto que vistas las tres juntas, la cosa mejora un poco. Hay, por supuesto, más contenido y eso la favorece.

La historia, a pesar de ser una copia de muchas cosas y que la división en facciones recuerda mucho a «Un mundo feliz», tiene algún aspecto sugestivo, como por ejemplo los nombres: Erudición, Verdad, Abnegación, Cordialidad y Osadía. Esa sociedad está localizada en un Chicago amurallado y cercado postapocalíptico que en realidad es un experimento social por parte de otros supervivientes terrestres en un estado más avanzado de desarrollo. Los que parecen marginados, resulta que serán los elegidos y todo aquello que pensamos que es, es de otra manera.

El argumento podría ser perfectamente válido si se hubieran pulido detalles, si se hubiera elegido a una actriz principal más apropiada y si los mandamases no fueran siempre esos estereotipos de actores seniors muy conocidos haciendo haciendo una escapadita al mundo comercial juvenil.

Nota:
Una forma de saber cuál de las tres cintas estamos viendo es el pelo de la protagonista: largo la primera, corto la segunda y tipo «bob» la tercera.

Francis Fukuyama y la ciencia ficción

Francis Fukuyama (Chicago 1952) es un famoso politólogo estadounidense de origen japonés que en su último libro «Identidad» La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento (Identity, 2018) Ed. Deusto 2019, 206 pp., hace un breve comentario sobre la ciencia ficción, lo cual es bastante sorprendente y revela, quizá, a un lector aficionado al género.

El libro trata, como reza el título y subtítulo de parte de las poblemáticas actuales de los grupos minoritarios en el seno de sociedades complejas.

Son pocas las ocasiones en las que científicos sociales mencionan a la ficción y menos a la ciencia ficción. Cuando lo hacen se suelen referir casi exclusivamente a la paradigmática obra de Orwell » 1984 «. Aquí también, pero hay más:

Primero nos describe la ciencia ficción clásica de principos del siglo XX con Orwell (1984) y Huxley (Un mundo feliz) como respuesta a los interrogantes del futuro y el temor hacia dictaduras totalitarias hiper burocratizadas de control social o desarrollo de biotecnologias despersonalizadoras. Esas distopías dieron paso a nuevas preocupaciones de tipo medioambiental y de virus incontrolados.

» Sin embargo, hubo autores que hablaron de los temores que planteaba la política de la identidad. Escritores ciberpunk como Bruce Sterling, William Gibson y Neal Stephenson imaginaron un futuro dominado no por dictaduras centralizadas, sino por la fragmentación social descontrolada, propiciada por una nueva tecnología emergente llamada internet.

La novela de Stephenson «Snow Crash» de 1992 propone un omnipotente «metaverso» virtual en el que los individuos podrían adoptar avatares, interactuar y cambiar su identidad cuando quisieran…» (sigue unas seis líneas más) p.196